El VIN: El ADN de tu auto

Todo automóvil moderno lleva un número de identificación vehicular (VIN) de 17 caracteres, una cadena alfanumérica única para cada vehículo. Desde 1981, las normas federales exigen este formato, que excluye las confusas letras I, O y Q y utiliza un «dígito de control» matemático integrado que expone al instante la mayoría de las falsificaciones.

Piensa en el VIN como el ADN del auto: codifica el fabricante, dónde se ensambló, la configuración de su motor e incluso su lugar en la secuencia de fabricación.

Sin él, los prestamistas no pueden evaluar el riesgo, las fuerzas del orden no pueden rastrear el robo y tú no puedes confirmar que la chapa que tienes delante sea el auto que el vendedor afirma ser.

Por qué debes verificar antes de comprar

Una pintura impecable o una tapicería nueva pueden ocultar manchas de agua, chasis doblados o un odómetro atrasado. Verificar el VIN revela ese pasado oculto, protegiendo tanto tu bolsillo como tu seguridad.

Los prestamistas suelen reducir drásticamente los montos de los préstamos para autos con daños no declarados, y algunas aseguradoras rechazan la cobertura de vehículos con títulos de marca o clonados. Omitir la verificación del VIN es arriesgarse a contracorriente de las estadísticas que favorecen las sorpresas costosas.

Una verificación exhaustiva no es paranoia, sino una gestión disciplinada del riesgo. Quienes la realizan pueden evitar la oxidación estructural, detectar fraudes de kilometraje, confirmar retiradas abiertas y verificar que ningún banco o desguace tenga aún una reclamación sobre el título.

Dónde encontrar el VIN: Metal, papel y pantallas

Empiece por la placa del tablero del lado del conductor, visible a través del parabrisas, luego verifique la pegatina del marco de la puerta del conductor, el sello del cortafuegos y, en autos más antiguos, los largueros del chasis o incluso el marco de la guantera.

La coincidencia de números en esas ubicaciones dificulta mucho la alteración de la identidad de un vehículo. El mismo número de VIN debe aparecer en el título del vehículo, la matrícula actual, la tarjeta de seguro, el contrato de préstamo o leasing, las facturas de servicio y, en los modelos más recientes, en la aplicación móvil del fabricante o en el menú de infoentretenimiento.

Proceso de verificación paso a paso

Primeros pasos gratuitos. Ingrese el VIN en el decodificador de la NHTSA para especificaciones de fabricación y retiradas activas, luego compártalo con el VINCheck de la Oficina Nacional de Delitos de Seguros para ver si está reportado como robado o recuperado. Estas bases de datos públicas son gratuitas y detectan los problemas más graves de inmediato.

Informes exhaustivos. A continuación, compre un informe completo del historial del vehículo a un proveedor de confianza como CARFAX, AutoCheck o VIN Check de iSeeCars.

Estos informes se basan en el DMV estatal, aseguradoras, casas de subastas, listas de concesionarios y sistemas de garantía del fabricante para identificar colisiones, marcas de título, registros de kilometraje y uso de flotas o vehículos de alquiler.

Recuerde que estos documentos solo registran lo que se ha reportado. Un registro vacío puede significar que no ocurrió nada o que no se presentó ningún informe. Nunca considere un informe impecable como prueba de perfección.

Inspección práctica. Finalmente, compare cada VIN estampado o remachado del auto con la documentación. Busque remaches desgastados, fuentes disparejas, sellador de parabrisas con burbujas alrededor del tablero o calcomanías de certificación de seguridad que parezcan repegadas.

Examine las etiquetas de los componentes en las puertas, el capó y los parachoques. Un VIN diferente o una etiqueta «R-DOT» indica que es necesario reemplazar el vehículo después de un daño importante. Si algún número no coincide, aunque sea por un solo carácter, retírese o llame a la policía para reportarlo.

Descifrando el código de 17 caracteres

Las posiciones 1 a 3 del VIN indican el país de origen (por ejemplo, «1» o «4» para Estados Unidos, «J» para Japón) y la división del fabricante. Las posiciones 4 a 8 describen el estilo de la carrocería, el sistema de retención, la transmisión y el motor, vitales para confirmar un modelo específico.

La posición 9 es el dígito de verificación. Si el valor calculado y el dígito impreso difieren, el VIN es falso. La posición 10 indica el año del modelo, la posición 11 la planta de ensamblaje y los últimos seis caracteres corresponden al número de serie. Conocer la estructura le permite detectar falsificaciones obvias en segundos.

Detectar fraudes antes de que le cueste caro

El lavado de título, los VIN clonados y los certificados falsificados buscan ocultar la identidad de un auto el tiempo suficiente para una venta rápida. Esté atento a precios muy por debajo del valor de mercado, vendedores que insisten en que confíe en su misterioso informe «oficial» o enlaces que terminan en «.vin».

El malware y el robo de tarjetas de crédito son estrategias alternativas comunes en estas estafas. Exija su propio informe, insista en inspeccionar el título real y fotografíe la identificación y la matrícula del vendedor. En cuanto una historia, un número o un documento no coincidan, asuma que se trata de un engaño hasta que se demuestre lo contrario.

Lo que una verificación del VIN no te dice

Ninguna base de datos sabe si la correa de distribución está vencida, el líquido de frenos está sucio o si los sellos del turbo están empezando a tener fugas. Los accidentes pagados de tu bolsillo nunca aparecen en los registros oficiales y muchos talleres independientes no alimentan los datos a los sistemas nacionales.

Por eso, una inspección certificada previa a la compra (pruebas de compresión, diagnóstico con escáner y una inspección de los bajos con el vehículo en un elevador) sigue siendo indispensable.

Una inspección de $150 podría ahorrarle fácilmente al comprador miles de dólares en reparaciones posteriores a la compra, ocultadas por un vendedor sin escrúpulos.

Cuándo recurrir a los profesionales o a la policía

Si el sitio web de la NHTSA indica que el VIN no existe, si algún número estampado parece manipulado o si el título indica otro estado pero el vendedor no puede explicar por qué, puedes contactar con la Oficina Nacional de Delitos de Seguros, el Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) de tu estado o la policía local.

El fraude del VIN no es una disputa menor, es un delito que puede llevarte a comprar un auto que no puedes registrar legalmente.

Usa el VIN como tu detector de mentiras. Verifícalo primero, luego descifrátalo a fondo, verifica cada impresión y documento, y nunca te dejes presionar por un exterior brillante o la urgencia del vendedor.

Los 10 minutos que inviertes en una verificación en línea y la hora que dedicas a una inspección previa a la compra en un taller confiable son la mejor manera de evitar heredar el desastre de otro.

Comprar usado debería sentirse como una victoria, no como una apuesta arriesgada, y la verificación es la forma de inclinar la balanza a tu favor.

 

Fuente: IseeCars